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  AMALGAMA 25-04-2024 19:51 (UTC)
   
 

Amalgama: Declaraciones de Elena G. de White sobre las condiciones del mundo en el tiempo del diluvio

Por Francis D. Nichol

(Adaptado de su libro Ellen G. White and Her Critics [Elena G. de White y sus críticos], pp. 306-322)

 
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Durante el verano de 1864, la “Imprenta de la Asociación Publicadora de los Adventistas del Séptimo Día en Battle Creek, Michigan, publicó un libro de Elena G. de White de 300 pp. titulado “Important Facts of Faith in Connection with the History of Holy Men of Old” [Hechos importantes de fe en conexión con la historia de los santos hombres de la antigüedad]. Era el tercero de una serie de cuatro volúmenes que llevaban el título general de Spiritual Gifts (Dones espirituales).

 

En esta obra se presenta la narración de la historia temprana del mundo, comenzando con “la creación” hasta llegar al momento en que Israel recibió la ley. Estas cuestiones, como lo declara la autora en su prefacio, le fueron mostradas en visión.

 

En el capítulo 6, titulado “Crimen antes del Diluvio”, la Sra. White al describir las condiciones deplorables que condujeron a la destrucción catastrófica del mundo, habla de la amalgama de hombre y bestia. En el capítulo siguiente hay otra declaración similar. Ocasionalmente surgen inquietudes sobre lo que quiso expresar en estas declaraciones y lo que éstas significan, y además porqué no se encuentran en sus obras posteriores ahora en circulación. Algunos han unido sus declaraciones sobre amalgama con la memoria de los mitos antiguos respecto a criaturas extrañas producidas por uniones pervertidas entre seres humanos y bestias, y han preguntado si las declaraciones de Elena G. de White no están dando apoyo a estas fábulas. También se insinuó que tienden a la evolución.

 

Los únicos pasajes en los escritos de la Sra. White que son de interés en este tema se encuentran en Spiritual Gifts [Dones espirituales], volumen 3, ya mencionado y republicado en Spirit of Prophecy [Espíritu de Profecía], volumen 1, en 1870. La primera, que aparece en el capítulo 6 de “Crimen antes del Diluvio”, es ésta:

 

Pero si hubo un pecado por encima de los demás que clamaba por la destrucción de la raza por el diluvio fue el crimen básico de la amalgama de hombre y bestia que desfiguró la imagen de Dios, y causó confusión por todas partes. Dios se propuso destruir por un diluvio esta raza poderosa y longeva que había corrompido sus caminos delante de él. –Spiritual Gifts, vol. 3, p. 64.

 

El capítulo 7, titulado “El diluvio”, contiene esta declaración:

 

Todas las especies de animales que Dios había creado fueron preservadas en el arca. Las especies confusas que Dios no creó, que fueron el resultado de la amalgama, fueron destruidas por el diluvio. Después del diluvio ha habido amalgama de hombres y de bestias, como se puede ver en la casi infinita variedad de especies de animales, y en ciertas razas de hombres. –p. 75.

 

Estas son las únicas declaraciones de la Sra. White sobre el tema de la amalgama de hombre y bestia.

 

Lo que quiso decir la Sra. White en estos pasajes, ha sido motivo de algunas especulaciones a lo largo de los años, y se han presentado dos explicaciones. Algunos han sostenido que ella no sólo enseñó que hombres y bestias habían cohabitado sino también que esto resultó en descendencia. No obstante, aquellos que sostienen este punto de vista han coincidido en que esto no apoya la doctrina de la evolución. La teoría de la evolución depende para sobrevivir de la idea de que las estructuras pequeñas y simples pueden gradualmente evolucionar en formas de vida más desarrolladas, dando luz finalmente al hombre.

 

Que formas de vida más o menos relacionadas estrechamente puedan cruzarse y producir híbridos, no es cuestionado por los creacionistas hoy. Por otro lado, asumiendo que mucho tiempo atrás la virilidad era superior y las condiciones posiblemente diferentes en algunos aspectos, pensar que formas de vida más diversas podían haberse cruzado –tales como el hombre y algunas formas de animales superiores- puede establecerse solamente como una presuposición. Pero esta presuposición ha reunido en su contra todo el peso de las creencias científicas actuales. Por supuesto, los científicos, a veces, han estado equivocados al razonar que todo lo del pasado debe ser comprendido en términos de los procesos que se ven actualmente en desarrollo.

Debemos dejar el asunto como algo más allá de la posibilidad de investigación o prueba. La misma Biblia contiene varias declaraciones tales, como bien lo saben los estudiosos de las Escrituras.

 

Pero hay otra explicación de esos pasajes sobre la amalgama, que consideramos mejor apoyada y más satisfactoria,  y que evita cualquier conflicto con los registros observables de la ciencia.

 

¿Qué significa la palabra “amalgama”?

 

Primero, ¿cuál es el significado general de la palabra “amalgama”? ¿Se la usa siempre para describir el depravado acto de cohabitación de hombre con bestia? Ningún diccionario disponible en inglés, ni siguiera el exhaustivo Oxford English Dictionary, indica que el término se usara alguna vez para describir este acto. Hay otra palabra que se usa en inglés que puede usarse apropiadamente para describir tal cohabitación. El uso principal de la palabra “amalgama” por muchos años ha sido describir la fusión de ciertos metales, y por extensión, denotar la fusión de razas de hombres. A mediados del siglo diecinueve, la palabra era empleada comúnmente en los Estados Unidos para describir el matrimonio entre las razas negra y blanca.[i][1]

 

El significado que tiene la palabra clave “amalgama” desde hace mucho tiempo, como la unión de las razas, debiera pesar mucho al determinar la interpretación de los pasajes en cuestión.

 

Segundo, el tenor completo de los escritos de la Sra. White provee un fuerte testimonio contra la acusación de que ella está aquí buscando solemnemente presentar como un hecho algunas historias antiguas sobre progenie anormal de hombre y bestia. Sus escritos no están corrompidos con fábulas antojadizas de tiempos antiguos. Más bien tienen una fuerte cualidad de realidad. Si ha sido una soñadora y visionaria, podría haber dado con frecuencia a sus lectores mitos e historias sobrenaturales de la antigüedad.

 

 

¿Qué significa la frase?

 

La frase principal de los pasajes con la palabra “amalgama” es este: “amalgama de hombre y bestia”. Esta declaración podría construirse conteniendo el significado de amalgama de hombre con bestia, o de amalgama de hombre y de bestia. En un tipo de construcción como ésta, la preposición “de” no necesariamente se repite, pues podría claramente darse por supuesta. Podríamos hablar de la dispersión de hombre y bestia sobre la tierra, pero no por eso queremos dar a entender que previamente hombre y bestia se fusionaron en una masa en un lugar geográfico. Simplemente queremos dar a entender la dispersión del hombre sobre la tierra y la dispersión de las bestias sobre la tierra, aunque la ubicación original de los dos grupos hayan estado en lados opuestos de la tierra. En otras palabras, la dispersión de hombre y de bestia.

 

Entonces, ¿por qué no comprender correctamente, en la misma forma, esta construcción gramatical cuando se habla de amalgama? Si podemos hablar de una dispersión de hombre y bestia sin que por eso se esté dando a entender que la dispersión comenzó desde un mismo lugar, ¿por qué no podemos hablar de la amalgama de hombre y bestia sin por ello implicar que hombre y bestia estaban juntos para fusionarse en un lugar?

Creemos que el significado de la frase clave en cuestión, se encuentra comprendiendo su lectura de la siguiente forma: “amalgama de hombre y [de] bestia”. De esa forma el pasado estaría hablando de la amalgama de diferentes razas de la humanidad y de la amalgama de diferentes razas de animales. La construcción gramatical y el uso común nos permiten comprender que el “de” se dé por sobreentendido.

 

 

Los resultados de la amalgama

 

Pero ¿es simplemente la amalgama de diferentes razas de hombres y la amalgama de diferentes razas de animales suficiente para describir el carácter dañino de la amalgama y justificar los resultados que le siguieron; a saber, la destrucción por un diluvio?

 

Observemos primero la amalgama de razas de hombres. Lea nuevamente el texto de la primera declaración citada (Spiritual Gifts, vol. 3, p. 64), y observe las características de la amalgama:

 

1.         Fue el “pecado por encima de los demás que clamaba por la destrucción de la raza por el diluvio”.

2.         Éste “desfiguró la imagen de Dios, y causó confusión por todas partes”.

3.         “Esta raza poderosa y longeva que había corrompido sus caminos delante de él”.

 

Dos grupos distintivos de seres humanos se presentan al comienzo del capítulo de Spiritual Gifts, vol. 3, titulado “Crimen antes del diluvio”:

 

(1) “Los descendientes de Set”, y (2) “los descendientes de Caín”.  Los dos grupos eran diferentes en dos formas destacadas: (1) El primer grupo “sufrió la maldición sólo levemente”. (2) El segundo grupo, “que se separó de Dios y negó su autoridad, cayó bajo los efectos de la maldición más destacada, especialmente en estatura y nobleza de forma”. “Los descendientes de Set era llamados los hijos de Dios –los descendientes de Caín, los hijos de los hombres”. Aquí se presentan dos razas que difieren tanto en características morales como físicas.

 

Entonces, siguen inmediatamente estas palabras: “Al mezclarse los hijos de Dios con los hijos de los hombres, se corrompieron, y por casarse con ellos, perdieron, mediante la influencia de sus esposas, su carácter peculiar y santo, y se unieron con los hijos de Caín en su idolatría”. –pp. 60, 61. Luego sigue una descripción de su curso malvado de idolatría, particularmente su prostitución con fines pecaminosos con sus pertenencias de oro y plata y otras posesiones materiales. La Sra. White declara: “Se corrompieron con aquellas cosas que Dios había puesto sobre la tierra para beneficio del hombre”. –p. 63. Después de tratar sobre la idolatría, ella continúa con la poligamia y declara: “Cuantas más esposas los hombres tuvieran, más aumentaban en debilidad e infelicidad”. –p. 63.

Incluso, en este breve capítulo, hallamos suficiente apoyo a la posición de que los juicios de un diluvio sobre los hombres se debieron a la amalgama de razas de hombres. Se presentan dos razas. La amalgama de las dos resulta en corrupción e idolatría, y la poligamia sólo aumenta la corrupción y la debilidad. El pasaje controvertido dice que Dios trajo un diluvio porque la humanidad “había corrompido sus caminos delante de él”.

 

 

Corrupción de la imagen divina

 

Veamos pasajes paralelos en los escritos de Elena G. de White. En Patriarcas y Profetas, donde amplía mucho más sobre el tema, al hablar sobre los descendientes de Set y Caín, dice:

 

Durante algún tiempo las dos clases permanecieron separadas.  Esparciéndose del lugar en que se establecieron primeramente, los descendientes [en el original aparece la palabra “race” que se puede traducir también como “raza”] de Caín se dispersaron por todos los llanos y valles donde habían habitado los hijos Set. Éstos, para escapar a la influencia contaminadora de aquéllos, se retiraron a las montañas, y allí establecieron sus hogares.  Mientras duró esta separación, los hijos de Set mantuvieron el culto a Dios en toda su pureza.  Pero con el transcurso del tiempo, se aventuraron poco a poco a mezclarse con los habitantes de los valles.  Esta asociación produjo los peores resultados.  Vieron "los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas." (Gen. 6: 2.) Atraídos por la hermosura de las hijas de los descendientes de Caín, los hijos de Set desagradaron al Señor aliándose con ellas en matrimonio.  Muchos de los que adoraban a Dios fueron inducidos a pecar mediante los halagos que ahora estaban constantemente ante ellos, y perdieron su carácter peculiar y santo. Al mezclarse con los depravados, llegaron a ser semejantes a ellos en espíritu y en obras; menospreciaron las restricciones del séptimo mandamiento, y “tomáronse mujeres escogiendo entre todas." Los hijos de Set siguieron “el camino de Caín" (Judas 11), fijaron su atención en la prosperidad y el gozo terrenales y descuidaron los mandamientos del Señor. (pp. 67, 68)

 

Aquí la Sra. White describe una situación de impiedad acumulativa, que tuvo su clímax en el diluvio, y se había iniciado en la amalgama de la “raza de Caín” y los “hijos de Set”. Usamos la palabra “amalgama” con el uso apropiado de su significado en el diccionario, y conforme al uso acostumbrado en el tiempo en que la Sra. White escribió –la alianza matrimonial de diferentes razas.

 

Más adelante, en Patriarcas y Profetas, la Sra. White declara:

 

La poligamia se practicó desde tiempos muy antiguos.  Fue uno de los pecados que trajo la ira de Dios sobre el mundo antediluviano y sin embargo, después del diluvio esa práctica volvió a extenderse.  Hizo Satanás un premeditado esfuerzo para corromper la institución del matrimonio, debilitar sus obligaciones, y disminuir su santidad; pues no hay forma más segura de borrar la imagen de Dios en el hombre, y abrir la puerta a la desgracia y al vicio. (p. 350)

 

En un comentario sobre la historia de Israel, hace la siguiente observación:

 

Llegó a ser una práctica común la alianza matrimonial con los paganos…. El enemigo se regocijó en su éxito para borrar la imagen divina de las mentes del pueblo que Dios había escogido como su representante. (Fundamentals of Christian Education [Fundamentos de la educación cristiana], p. 499)

 

Tomemos este pasaje de otro de los escritos de Elena G. de White:

 

Los matrimonios profanos de los hijos de Dios con las hijas de los hombres resultaron en una apostasía que llevó a la destrucción del mundo por el diluvio. (Joyas de los testimonios, vol. 1, p. 605)

 

Resumiendo: El resultado de quebrantar la institución matrimonial, y particularmente de las alianzas matrimoniales entre los hijos de Dios y los paganos, fue “borrar la imagen de Dios en el hombre”. Además, “los matrimonios profanos de los hijos de Dios con las hijas de los hombres” guiaron a la humanidad irresistiblemente en el aumento de la iniquidad “que llevó a la destrucción del mundo por el diluvio”. Al sustituir la palabra “amalgama” por “matrimonio” en las citas anteriores, note el estrecho paralelismo con las siguientes declaraciones controvertidas: “el crimen básico de la amalgama… desfiguró la imagen de Dios”; y “Dios se propuso destruir por un diluvio esta raza poderosa y longeva que había corrompido sus caminos delante de él”.

 

En ninguno de estos pasajes paralelos que hemos citado, o en ningún otro que pueda citarse, la Sra. White habla sobre la cohabitación de hombre con bestia como una grotesca y horrenda imagen descriptiva de la impiedad antediluviana que precipitó el diluvio. Por el contrario, parecería que ella habla de la alianza matrimonial de la raza de Caín y la raza de Set, con su inevitable carga de idolatría, poligamia, y parentesco impío, como la causa del diluvio. Y todo esto armoniza con la declaración citada en el párrafo  inicial del capítulo que contiene el pasaje en cuestión.

 

“Al mezclarse los hijos de Dios con los hijos de los hombres, se corrompieron, y por casarse con ellos, perdieron, mediante la influencia de sus esposas, su carácter peculiar y santo, y se unieron con los hijos de Caín en su idolatría”. (Spiritual Gifts [Dones espirituales], pp. 60, 61)

 

Como ya se dijo, a esta introducción al capítulo “Crimen antes del diluvio” le sigue una descripción de la idolatría que creció en forma galopante, la negación de Dios, el robo, la poligamia, el asesinato de hombres y la destrucción de la vida animal. Le sigue inmediatamente el pasaje en discusión, como si resumiera; “Pero si hubo un pecado por encima de los demás que clamaba por la destrucción de la raza por el diluvio fue el crimen básico de la amalgama de hombre y bestia que desfiguró la imagen de Dios, y causó confusión por todas partes”.[ii][2]

 

Una piedra de tropiezo en el camino para aceptar esta interpretación del pasaje (la alianza matrimonial de razas de hombres y una cruza de especies de animales diferentes) es la construcción de la declaración: “amalgama de hombre y bestia que desfiguró la imagen de Dios”. ¿Cómo puede el cruzamiento de especies de animales lograr esto?

 

Pero, observemos más de cerca lo que ella dice. Dos resultados siguieron a “amalgama de [1] hombre y [2] bestia”: Esto (1) “desfiguró la imagen de Dios”, y (2) “causó confusión por todas partes”. Hemos visto cómo el matrimonio, la amalgama de las razas de hombres, produjo el primero de los resultados. ¿Por qué no podríamos considerar como apropiado que la amalgama de razas o especies de animales produjera lo segundo, es decir, “causó confusión por todas partes”? Cuando dos cosas relacionadas se describen en una oración, lo que sigue no debemos entenderlo como que todo resultado que se mencione se relaciona con cada una de las dos.

 

 

Segundo pasaje examinado

 

Esto nos conduce a considerar el segundo de los pasajes relacionados con la amalgama:

 

Todas las especies de animales que Dios había creado fueron preservadas en el arca. Las especies confusas que Dios no creó, que fueron el resultado de la amalgama, fueron destruidas por el diluvio. Después del diluvio ha habido amalgama de hombres y de bestias, como se puede ver en la casi infinita variedad de especies de animales, y en ciertas razas de hombres. –Spiritual Gifts, vol. 3, p. 75.

 

Este párrafo se encuentra separado del anterior sólo por unas pocas páginas. Las páginas intermedias cuentan sobre el diluvio.

 

Ella habla aquí de “todas las especies de animales que Dios había creado” en contraste con “las especies confusas que Dios no creó”. ¿“Especies confusas” de qué? La construcción sólo permite una respuesta: especies de animales. Pero una amalgama de hombre con bestia produciría, no una especie de animal, sino una especie híbrida de hombre-bestia, cualquiera que fuere. La Sra. White está hablando por cierto aquí mayormente de “especies confusas” de animales. Y ella dice simplemente que tales “especies confusas” “fueron el resultado de la amalgama”.

 

Ahora, resumamos colocando en columnas paralelas la esencia de las dos declaraciones hechas por la Sra. White:

 

 

Amalgama de hombre

 

Amalgama de bestia

La alianza matrimonial, la amalgama, de razas de hombres desfiguró la imagen de Dios.

La amalgama de “especies de animales” resultó en “especies confusas”.

 

Creemos que estos pasajes paralelos garantizan completamente la conclusión, ya alcanzada, que cuando la Sra. White dice “amalgama de hombre y bestia”, está queriendo decir (1) la amalgama de razas de hombres, y (2) la amalgama de especies de animales. La primera “desfiguró la imagen de Dios”, la segunda “causó confusión por todas partes”.

 

 

Tres conclusiones importantes

 

La Sra. White dice que “desde el diluvio” ha “habido amalgama de hombre y bestia”, y agrega que los resultados pueden ser vistos en (1) “la casi infinita variedad de especies de animales”, y (2) en “ciertas razas de hombres”. Hay varias conclusiones importantes que se pueden obtener de este pasaje:

 

1. La Sra. White habla de dos grupos claramente identificados que atestiguan de esta amalgama. Hay (1) “especies de animales” y (2) “razas de hombres”. No hay tal sugerencia de que había especies parte hombre y parte animal. Pues ¿cómo podría haber amalgama de hombre con animal y ser el resultado cualquier cosa en lugar de una especie híbrida de hombre-animal? Ni siquiera sugiere la existencia de monstruos subhumanos o caricaturas de hombres. Por el contrario, como ya se notó, habla inequívocamente de “especies de animales” y “razas de hombres”. Tampoco identifica o nombra ninguna raza en particular que evidencie ese tipo de amalgama.

 

2. La Sra. White habla de “la casi infinita variedad de especies de animales” que habían resultado de la amalgama. Se ha sugerido que la Sra. White, en la cuestión de amalgama, reflejaba el pensamiento de aquellos que creían en la ficción del cruzamiento hombre-animal. Si comprendemos correctamente que ficción, como ha sido llevada a lo largo de los siglos por las alas de la credulidad, cuando se supuso que unas pocas criaturas grandes y míticas de la antigüedad fueron el resultado de la unión de hombre con animales. Se supuso siempre que estas criaturas revelaban rasgos humanos y animales. Pero no hay nada en la ficción antigua que apoye la idea de “la casi infinita variedad de especies de animales” que fueron el resultado de un cruzamiento no natural de hombre con animales. La Sra. White no está por cierto expresando aquí un punto de vista antiguo o místico. Ni siquiera los crédulos paganos, completamente al margen de los conocimientos biológicos, hubieran pensado en sostener una idea tal. ¡Cuánto más razonable es interpretar el pasaje como teniendo el significado de que esta “casi infinita variedad de especies de animales” resultó de una amalgama de formas previamente preexistentes de vida animal!

 

3. La Sra. White pide al lector que busque a su alrededor las pruebas de lo que está diciendo. En otras palabras, cualquiera haya sido esta amalgama, sus frutos son evidentes hoy día. “Como se puede ver”, dice “en la casi infinita variedad de especies de animales y en ciertas razas de hombres”. Pero ¿puede en la actualidad “verse” alguna cosa que pueda apoyar el mito antiguo de bestia-hombre? Por cierto que no hay nada en las razas de salvajes de algunas remotas tierras paganas que puedan siquiera sugerir una cruza entre hombre y animales.[iii][3] Y si las razas más degradadas de hombres no sugieren tal cruzamiento, mucho menos lo sugiere cualquier especie de animal. Pero los resultados de la amalgama de la cual habla la Sra. White “pueden ser vistas” por el lector.

 

 

Darwinismo y creacionismo

 

Al momento de escribir su declaración sobre amalgama en 1864, la influencia de Darwin estaba sólo comenzando a sentirse en el mundo. Hasta que publicó El origen de las especies (24 de noviembre de 1859), la mayoría de los científicos, y generalmente religiosos, habían sostenido firmemente el punto de vista de que las especies eran “fijas”, es decir, no podían cruzarse. Darwin teorizó que toda la creación es cambiante, con ningún eslabón cerrado o terminado en ninguna forma de vida. Razonó que la ley natural, expresándose mediante la selección natural y la supervivencia del más apto, hizo que las formas simples lleguen a hacerse cada vez más complejas y a elevarse constantemente en la escala de vida, hasta que finalmente apareció el hombre. Su teoría y la doctrina de la fijación de las especies no pueden convivir juntas. Una devora a la otra. Para Darwin y aquellos que concordaron con él, parecía que el mayor obstáculo para la aceptación de su teoría era la doctrina de la fijación de las especies. Y para sostener las creencias de los cristianos ortodoxos en la fijación de las especies parecía absolutamente esencial creer en el Génesis.

 

Y así, cuando la batalla comenzó entre los darvinistas y los creyentes en el Génesis, la lucha se centró especialmente sobre esta cuestión de la fijación de las especies. Los creacionistas consideraron generalmente el término “especies” como equivalente a “clases” en Génesis, a cada una de las cuales se le dio la orden divina de “multiplicarse… según su especie [clase]” (Gén 1:24). Tal equivalencia de “especie” y “clase” ahora sabemos que es incierta.

 

El resultado de una lucha desigual es conocido por todos. Los evolucionistas tuvieron poco problema en probar que hay “una infinita variedad de especies de animales”, si podemos expresarlo con las palabras de la Sra. White en su cita sobre amalgama. Y cada vez que los creacionistas buscaban afirmarse en la cuestión de la fijación de las especies, como se lo entendía al término generalmente, eran vencidos.

 

Los creacionistas actuales, que tienen un poco de conocimiento de genética, que trata de las leyes que gobiernan la “herencia y las variaciones entre los organismos emparentados”, les va mucho mejor que a sus padres en la lucha. La genética muestra cómo las infinitas variedades pueden desarrollarse con ciertas limitaciones –los límites de las variantes potenciales dentro de la cadena original- pero no más allá. En otras palabras, el simple hecho de que haya variaciones en las especies, en sí mismo no provee una prueba para la evolución. Esto es muy cierto. Por tanto, hoy podemos creer en “infinita variedad de especies” “como puede verse”, aunque los creacionistas de aquel tiempo, y por cerca de medio siglo más, no vieron esas cosas; sólo vieron fijación de especies. No obstante, la Sra. White no tenía inclinación por la teoría de Darwin. ¡Desde el principio habló rotundamente en contra de la evolución!

 

 

¿Era pecado?

 

La Sra. White describe la “amalgama de hombre y bestia” como un “pecado” y un “crimen básico”, pero ¿por qué debe describirse así la amalgama de varias especies de animales?

 

Primero note que la Sra. White, en el capítulo “Crimen antes del diluvio”, está usando la palabra “crimen” como un sinónimo cercano con “pecado”. La palabra clave ante nosotros, por tanto, es “pecado”. Y ¿qué es pecado? Es la transgresión de la ley de Dios. Esto está a menudo restringido en el sentido teológico a las violaciones de los Diez Mandamientos, la ley moral. El que la Sra. White usara frecuentemente la palabra “pecado” en un sentido más amplio, como incluyendo cualquier violación de las leyes naturales, es evidente por un examen de sus escritos. La razón por la que hace esto, es que ella declara que esas leyes de la naturaleza son tan ciertamente una expresión de la mente y la voluntad de Dios como los Diez Mandamientos. Por ejemplo: “Es tan ciertamente un pecado violar las leyes de nuestro ser como lo es quebrantar uno de los Diez Mandamientos, porque no podemos hacer cualquiera de ambas cosas sin quebrantar las leyes de Dios” (Testimonies for the Church [Testimonios para la iglesia], vol. 2, p. 70).

 

Ahora, volvamos al registro bíblico de la condición de todo el mundo creado, hombre y bestia, antes del diluvio:

 

Y el Señor dijo: "Raeré de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, el reptil y las aves del cielo, porque me pesa haberlos creado". (Gén 6:7)

 

¿Por qué había de arrepentirse el Señor de “haberlos creado”, las bestias, los pájaros y los reptiles, al igual que el hombre? Unos pocos versículos más adelante, se encuentra la respuesta:

 

Miró Dios la tierra y vio que estaba corrompida, que la gente toda había corrompido su camino sobre la tierra. (Gén 6:12)

Y murió todo ser que se mueve sobre la tierra, aves, ganado, bestias, todo reptil que se arrastra sobre la tierra y todo hombre. (Gén 7:21)

 

 

El plan de Dios para el Edén

 

En el principio, cuando Dios hizo al mundo, colocó sobre él una amplia variedad de animales y plantas distribuidas sobre colinas y valles, sobre planicies soleadas y parajes profundos. El cuadro era de belleza y armonía en la diversidad. Podemos, por supuesto, solo conjeturar sobre los detalles del mundo edénico. El registro declara que Dios ordenó que cada forma de vida produjera “según su especie [clase]” (Gén 1:24).

 

Y los registros fósiles contienen un testimonio silencioso de que, entre las formas superiores de vida, no hay formas intermedias. En su lugar, hay intervalos pronunciados. Sin embargo sólo podemos aventurar una suposición sobre si el Señor diseñó que su tierra perfecta debía también preservar distinciones entre las formas de vida emparentadas en forma más estrecha. Pero si él coloca estas formas más o menos estrechamente emparentadas sobre la tierra, parecería razonable asumir que él lo hizo como una expresión de su concepción divina de cómo debía ser un mundo perfecto.

 

Pensamos que esto es mucho más que una suposición razonable a la luz del consejo específico dado más tarde a Israel, en cuanto a cómo Dios buscó fijar en este mundo pecador un gobierno acorde a los planes del cielo. Mediante Moisés, Dios dijo a Israel:

 

Guarda mis preceptos. No cruces tu ganado con animales de otra especie. No siembres tu campo con distinta especie de semillas. No te pongas vestidos de diversa clase de tejidos (Lev 19:19). (Ver también Deum 22:9-11.)

 

 

Satanás y el reino animal

 

La Biblia presenta un cuadro del conflicto entre Dios y el mal que comenzó con los inicios de nuestro mundo y cubre todo lo que tiene que ver con nuestro mundo. Que a Satanás, como un agente moral libre, Dios le haya permitido vagar por la tierra y usar sus habilidades diabólicas para crear desorden y destrucción, la Biblia lo testifica ampliamente.

 

El primer ejemplo del intento de Satanás de producir desorden en nuestro mundo, fue su diálogo mediante un animal, una serpiente. Y aunque Satanás fue el instigador de las astutas palabras de la serpiente, el Señor incluyó a la serpiente en los juicios en el momento de la caída.

 

Donde los registros de las Escrituras son muy breves, debemos ser lentos para dogmatizar. Pero podemos encontrar en lo hecho por Satanás, sus propósitos malignos, y este ejemplo mencionado en forma específica de su control de un miembro del reino animal, una fuerte sugerencia de que el reino animal ha sufrido su astucia diabólica. No podemos creer que en el Edén había bestias sedientas de sangre, malhumoradas, gruñonas y viciosas. Todo creyente en la Biblia concuerda que estos cambios malignos en las bestias fueron el resultado del pecado. Pero ¿cómo puede una bestia, que no tiene una naturaleza moral, y por tanto no tiene conocimiento del pecado, cambiar su naturaleza por la entrada del pecado en la vida de Adán y Eva? La mente cristiana no admite la idea que Dios cambió así a los animales. En el acto de Satanás, cuyo dominio de la serpiente se registra para nuestro aprendizaje, se encuentra seguramente la única explicación real del cambio lamentable que cayó sobre el reino animal. Parte de este cambio, creemos, fue la confusión de las especies, el desdibujar un maravilloso cuadro de armonía divina en la diversidad.

 

 

Una creencia consistente con la Escritura

 

Concordamos en que esta creencia, como causante de la confusión de las especies, no puede ser apoyada por el texto claro de las Escrituras. Sólo afirmamos que esta creencia es consistente con escritos que se discutían en aquellos primeros días. Y no se necesita afirmar más que esto con el propósito de proteger la creencia, para que no sea levemente rechazada por cualquier creyente en la Biblia, como una explicación irrazonable.

Es evidente de que, en este punto de vista de la confusión de las especies en el reino animal, encontramos una respuesta satisfactoria a la pregunta: ¿cómo puede el cruzamiento de diferentes formas de vida animal ser descripto como pecado? ¿Estaba el pecado involucrado en la actividad de la serpiente? Todos respondemos “sí”. Pero inmediatamente pensamos en Satanás. Incluso con el cruzamiento de animales. Todo movimiento para empañar el original de Dios, planificado metódicamente, puede ser descripto sólo como pecado.

 

 

La Sra. White se centra en Satanás como poder maléfico

 

Uno no necesita leer mucho en los escritos de la Sra. White para darse cuenta que ella ve el drama completo de nuestro mundo, desde sus días iniciales hacia delante, como una gran lucha entre Dios y el mal.[iv][4] La Sra. White describe a Satanás como acechando sobre la tierra, dando vuelta sobre el desorden y la devastación, incluso como la Biblia lo describe. Es verdad que ella no se refiere específicamente a Satanás en las declaraciones en Spiritual Gifts [Dones espirituales]. No obstante, otra referencia a la amalgama revela su punto de vista sobre la causa de algunos de los cambios que tuvieron lugar, en nuestro mundo, después de la caída de Adán y Eva. La declaración dice:

 

Ninguna planta tóxica fue colocada en el gran huerto del Señor, pero después que Adán y Eva pecaron, comenzaron a surgir hierbas ponzoñosas. En la parábola del sembrador se formuló esta pregunta al padre de familia: "¿No sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña?" El padre de familia contestó: "Un enemigo ha hecho esto"(Mat. 13: 27, 28). Toda la cizaña es sembrada por el maligno. Toda hierba perniciosa es de su siembra, y mediante sus ingeniosos métodos de cruzamiento ha corrompido la tierra con cizaña –Mensajes selectos, tomo 2, p. 331.

 

Esta declaración, vista en el escenario de todo el tenor de los escritos de la Sra. White, que atribuye a Satanás la responsabilidad activa para todo mal en nuestro mundo, nos permite concluir con certeza que ella atribuyó a Satanás las “especies confusas” de animales. Por esta razón, ella describiría ciertamente estas “especies” como una manifestación de pecado, incluso cuando ella podría hablar apropiadamente de la aparición de hierbas sin sentido pero “nocivas, venenosas” como una demostración de la actividad del “maligno”. Por tanto, su declaración de la amalgama como “pecado” es consistente con todo lo que la Escritura ha revelado de los primeros días de la tierra, en los términos de la interpretación que hemos dado a la frase clave, “amalgama de hombre y bestia”.

 

 

Declaración que no se encuentra en

Patriarcas y profetas

 

Ahora hemos llegado a la consideración del hecho de que las declaraciones de amalgama no fueron incorporadas por la Sra. White en Patriarcas y profetas, ahora en circulación, y la inquietud natural de porqué estas declaraciones no aparecen allí. Algunos han conjeturado que estas dos declaraciones han sido eliminadas a propósito.

El hecho de que un pasaje no se retenga en publicaciones posteriores, o que un libro particular no se haya vuelto a publicar, no es en sí mismo un terreno válido para asumir que ha ocurrido una eliminación. Lo infundado de una sugerencia tal se hace realmente claro cuando aportamos estos hechos pertinentes para el caso:

 

De 1858 a 1864 aparecieron, de la pluma de la Sra. White, cuatro pequeños volúmenes con el título general de Spiritual Gifts [Dones espirituales]. Con la excepción del volumen 2, que es una autobiografía, y la última mitad del volumen 4, los volúmenes presentan una descripción de la historia sagrada desde la creación hasta el Edén restaurado.

 

Desde 1870 a 1884, produjo cuatro volúmenes más extensos, bajo el título de The Spirit of Prophecy [El Espíritu de Profecía]. Estos volúmenes cubren plenamente el tema de la historia religiosa de la humanidad desde uno

 
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CHRISTIAN ITURRIAGA ESPINA
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SE REALIZO EL PRIMERO SEMINARIO DE PALEONTOLOGIA EN EL CONGRESO DE JOVENES ADVENTISTAS EN PICARQUIN.
LO CUAL FUE MUY BIEN RECIBIDO POR LOS JOVENES. EL SEMINARIO FUE INTRODUCCION A LA PALEONTOLOGIA, DICTADO POR CHRISTIAN ITURRIAGA ESPINA.
  ESTUDIOS
DINOSAURIOS: Son animales de los cuales se dice que existieron durante el Mesozoico.
Algunas especies son de gran tamaño. Se conocen restos fósiles de dinosaurios del tamaño de un conejo, y otros de hasta 15 m de alto por 45 m de largo (Seismosaurus).
Los dientes revelan que algunos fueron herbívoros y otros carnívoros.
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